Estimados estudiantes y apoderados, a pesar de que este año no hemos podido realizar nuestra celebración del día del libro debido a la contingencia, es bueno recordar por qué se celebra; sus orígenes se remontan al año 1926. A pesar de ello, puede llegar a parecer una celebración mucho más antigua.
El día 23 de abril, según la UNESCO, es la fecha en la que fallecieron grandes literatos como William Shakespeare, Miguel de Cervantes o Garcilaso de la Vega entre muchos otros. Por esa razón fue elegida por la Conferencia General de la UNESCO para rendir homenaje mundial al libro y también a sus autores. Se busca alentar a los más jóvenes a descubrir el placer de la lectura. También a respetar la contribución de los creadores al progreso social y cultural de nuestro mundo, hoy a partir de nuestra actual realidad, debemos tener en cuenta que la lectura de libros puede llegar a ser una excelente actividad en periodos de confinamiento.
Hemos experimentado que estar en casa sin poder salir a la calle es una situación compleja que la mayoría de personas estamos viviendo por primera vez. Toda la complejidad laboral, académica, de relaciones y de actividades se ve reducida a cuatro paredes cuyas principales vías de escape son Internet, la radio y la televisión. Pero hay otra vía de escape que favorece nuestra salud mental: la lectura de libros.
Recomendamos la lectura de libros. Para dejar a un lado la saturación informativa, resetear nuestra mente y poder salir de casa hacia otros mundos y tiempos a través de nuestra imaginación.
La monotonía diaria al no poder salir de casa puede llevarnos a la desesperación y a un profundo aburrimiento. Es por eso por lo que la lectura de libros se presenta como una excelente vía de escape. Una forma de salir de la monotonía, evadirse momentáneamente de la realidad y salir de casa a través de la imaginación.
Los libros hacen que no nos sintamos solos, independientemente de dónde estemos y cómo. El acompañamiento de los libros, y su lectura, favorece el proceso emocional al sentirnos acompañados, entretenidos, incluso a veces entendidos. Recordemos además que al leer mejoramos la escritura.
Es verdad que la lectura de un libro tiende a ser un acto individual que requiere un mínimo de desconexión con lo que sucede alrededor, pero cuando esta lectura acaba es el momento de conectar y conversar con otras personas de la casa sobre el libro (o con cualquier otra persona afín a través de los medios digitales). Tenemos la oportunidad de compartir con nuestros padres, hermanos y abuelos sobre lo leído, intercambiando opiniones, incluso conversando a través de las redes sociales con los compañeros de cursos, desarrollamos la empatía y respeto por la opinión de los demás. Recordemos que actualmente vivimos un distanciamiento físico, pero que gracias a las tecnologías podemos mantenernos en contacto y compartir la pasión de leer.
La lectura de libros previene el estrés y combate el insomnio. El cambio de hábitos y horarios, sumado a no poder llevar una vida activa, trastoca toda la planificación personal y laboral. Es por eso por lo que la lectura de libros se presenta como un buen antídoto ante tales males ya que favorece la relajación, aumenta el flujo sanguíneo y el desvío de la atención hacia otros temas y lugares.
Los dejamos invitados a ver un video de la importancia de leer y sus efectos tanto en el cuerpo como en nuestra capacidad cognitiva.
Departamento de Lenguaje Colegio Mauricio Rugendas.